La palabra
bioética es un neologismo acuñado en 1971 por Van Rensselaer Potter (en su
libro Bioethics: bridge to the future), en el que este autor englobaba la
"disciplina que combina el conocimiento biológico con el de los valores
humanos". La prestigiosa Encyclopedia of Bioethics (coordinada por Warren
Reich) define la bioética como "el estudio sistemático de la conducta humana
en el área de las ciencias de la vida y del cuidado sanitario, en cuanto que
tal conducta se examina a la luz de los valores y de los principios
morales". En la actualidad abarca no sólo los aspectos tradicionales de la
ética médica, sino que incluye la ética ambiental, con los debates sobre los
derechos de las futuras generaciones, desarrollo sostenible, etc. (De hecho, el
libro de Potter trataba las cuestiones éticas en relación al medio ambiente con
perspectivas evolutivas, pero posteriormente el término bioética se ha usado
sobre todo para referirse a la nueva ética médica y a la ética de los nuevos
avances en biomedicina).
El objetivo de
la bioética, tal como la "fundaron" el Hastings Center (1969) y el
Instituto Kennedy (1972) era animar al debate y al diálogo interdisciplinar
entre la medicina, la filosofía y la ética, y supuso una notable renovación de
la ética médica tradicional.
En los años
recientes, los avances en Genética y el desarrollo del Proyecto Genoma Humano,
en conjunción con las tecnologías reproductivas, están ampliando aún más el
campo de la Bioética, obligando a buscar respuestas a retos nuevos:
·
Cuestiones sobre reproducción humana asistida. Estatuto ético del
embrión y del feto. ¿Existe un derecho individual a procrear?
·
Sondeos genéticos y sus posibles aplicaciones discriminatorias: derechos
a la intimidad genética y a no saber predisposiciones a enfermedades incurables
·
Modificación genética de la línea germinal: ¿es moral
"mejorar" la naturaleza humana?
·
Clonación y el concepto de singularidad individual; derechos a no ser
producto del diseño de otros
·
Cuestiones derivadas de la mercantilización de la vida (p. ej., patentes
biotecnológicas)
La bioética no sólo trata
las cuestiones morales en el ámbito de la biomedicina, sino que además incluye:
·
cuestiones
epistemológicas: modelos explicativos sobre la conducta humana (p.ej. debate
entre el determinismo biológico y la influencia ambiental), metáforas y
modelos sobre el papel de los genes, etc. |
|
·
Cuestiones ontológicas
(estatuto de lo humano al comienzo y al final de la vida; estado vegetativo
persistente; relación entre la dotación genética y la identidad del
individuo, etc.). |
Los cuatro principios
de la bioética
1)
Principio de no maleficencia
Este principio
ya se formuló en la medicina hipocrática: Primum non nocere, es decir, ante
todo, no hacer daño al paciente. Se trata de respetar la integridad física y
psicológica de la vida humana. Es relevante ante el avance de la ciencia y la
tecnología, porque muchas técnicas pueden acarrear daños o riesgos. En la
evaluación del equilibrio entre daños-beneficios, se puede cometer la falacia
de creer que ambas magnitudes son equivalentes o reducibles a análisis
cuantitativo.
2) Principio de beneficencia
Se trata de la
obligación de hacer el bien. Es otro de los principios clásicos hipocráticos.
El problema es que hasta hace poco, el médico podía imponer su propia manera de
hacer el bien sin contar con el consentimiento del paciente (modelo
paternalista de relación médico-paciente). Por lo tanto, actualmente este
principio viene matizado por el respeto a la autonomía del paciente, a sus
valores, cosmovisiones y deseos. No es lícito imponer a otro nuestra propia
idea del bien.
3) Principio de autonomía o de libertad de decisión
Se puede
definir como la obligación de respetar los valores y opciones personales de
cada individuo en aquellas decisiones básicas que le atañen vitalmente. Supone
el derecho incluso a equivocarse a la hora de hacer uno mismo su propia
elección
4)
Principio de justicia
Consiste en el
reparto equitativo de cargas y beneficios en el ámbito del bienestar vital,
evitando la discriminación en el acceso a los recursos sanitarios. Este
principio impone límites al de autonomía, ya que pretende que la autonomía de
cada individuo no atente a la vida, libertad y demás derechos básicos de las
otras personas.
Opinión
personal:
Es un derecho, cualquier ciudadano puede pedir que lo asistan en su muerte cuando la enfermedad es terminal, cuando no
pueda tomar decisiones por si mismo y cuando los médicos digan que el paciente
no volverá a tener conciencia, en términos generales ese es el marco que
pretende regular el congreso, siguiendo los lineamientos de la corte
constitucional que, mediante sentencia, estableció este derecho.
Los godos y la
Iglesia están del mismo lado, aduciendo que eso resulta ser un asesinato,
olvidando de manera premeditada que nosotros somos dueños de nuestras vidas y
que, si bien Dios nos la dio, una vez la tenemos, ejercemos el libre albedrío.
La muerte no puede ser nada
distinto que un paso para llegar al lado del Señor, pues así lo creemos los
cristianos, por lo que ayudarle a un ser querido a estar cerca de su Dios no es
un asesinato, cuando esa persona está sufriendo.
El debate apenas comienza, es importante saber que Colombia es un Estado laico donde las personas tienen derecho de tener sus propias creencias y
ademas desprenderse de alguien que uno ama, para
evitarle el sufrimiento, no puede ser nada distinto que una manifestación del
más verdadero y puro amor.